Nos hemos ligado a esta tierra para
vivir la vida que según muchos nos ha tocado vivir. Tener conciencia de lo que
realmente somos y que estamos aquí porque lo elegimos y que además estamos
solos en este planeta es algo que, cada cierto tiempo me hace sentir que debo
ser muy responsable conmigo misma en el camino de la evolución y cuan
importante es la comunicación con otras almas, porque al fin y al cabo todos
estamos en los mismo, haciendo de la vida un momento agradable de vivir y que además
sabemos tiene fecha de termino.
A continuación les dejo parte de un
artículo publicado en un blog amigo y que nos habla precisamente como vivir la
vida antes de partir.
También encontrarán un link de una
entrevista realizada a un Científico que nos explica como se produce la
reparación desde el punto de vista de un Físico de fluidos y de su propia evolución en conciencia.
Un abrazo
Megg
El mundo físico es un mundo de continuo cambio, pequeñas
muertes corporales aunque cada noche restauramos los cuerpos gracias a las
fuerzas existentes en los mundos superiores, el hombre nunca se recupera
totalmente y va envejeciendo hasta que esas fuerzas destructivas que durante el
día nos afectan, ya no pueden más y el cuerpo físico muere facilitándonos así
un descanso y una recuperación mayor que la que hacemos por las noches. Así es
que, nosotros estamos aquí para vivir el máximo de años posible para poder
extraer más beneficio de las experiencias, a la vez que intentamos elevarnos
hacia los mundos espirituales por medio de las obras, del intelecto, de la
moral, de los sentimientos y por sobre todo, por nuestra espiritualidad.
Podemos ser los guías una vez desencarnados de almas amadas que continúen en la
tierra, como los hijos, y a su vez, hijos ascendidos con guías de sus Padres.
Tenemos dos necesidades importantes, una la de restaurar al cuerpo físico por
las noches, y otra, la de restaurar los valores morales y espirituales después
de la muerte. Digo necesidad porque con cada mal pensamiento, sentimiento,
deseo o acción contra otra persona degradamos nuestro yo y para hacer esa
restauración existen los medios necesarios después de la muerte.
Por
consiguiente, mientras estamos aquí en la Tierra tenemos dos opciones:
1ª.- La de destruir
equivocadamente al yo y crearnos nuestro propio infierno; y
2ª.- La de buscar
la manera de desarrollar el aspecto mental, moral y espiritual para crear el
Cielo que después de la muerte disfrutaremos.
La parte positiva de esto es que,
aunque nos degrademos como hombres, siempre tendremos la oportunidad de reparar
los daños causados y de arrepentirnos para volver a intentar vivir la vida
espiritual.
Nosotros aquí no podemos trabajar directamente sobre
nuestros cuerpos de deseos y mental, pero sí podemos (tenemos ejercicios y
métodos para ello) hacer que, aun como humanos, podamos ser conscientes en cada
ahora para, mediante la auto-observación, rectificar nuestros defectos. Aunque
algunos no lo crean, también podemos degradarnos después de la muerte si
durante la estancia en el Purgatorio no ponemos de nuestra parte pero, como he
dicho respecto a la vida, también aquí podemos acelerar el proceso de purificación
y espiritualidad. De lo que sí debe ser consciente el lector es de que los
resultados de la vida tendrán su merecido y recompensa después de la muerte, y
de que los cuerpos que necesitará para la próxima vida estarán formados (con
sus defectos y virtudes) de acuerdo al karma o resultado de esta vida. La
fuerza moral, intelectual y la salud física en una vida tienen su causa en los
resultados de lo que hizo en la anterior, y el poder interno, la conciencia y
la voluntad son el resultado del poder adquirido por el Alma después de extraer
la quintaesencia de las experiencias de cada renacimiento. Es necesario
destruir el cuerpo físico después de ciertos años de experiencia para que el
Ego extraiga poder de expresión sobre el hombre a la vez que éste se eleva
sobre lo material y lo personal para acercarse a su verdadero hogar. Si no
fuera por lo que ocurre en los mundos superiores, después de la muerte no
podríamos renacer y no podríamos evolucionar porque no tendríamos poder
espiritual para ello; es el poder del Alma y la ayuda de otros seres existentes
en esos mundos los que nos facilitan un nuevo renacimiento y todo lo que
necesitamos para seguir el Plan de Dios. Aquí tenemos medios para obtener
fuerza y vitalidad para el cuerpo físico, pero sólo en los otros mundos podemos
obtener la fuerza que necesitan nuestros cuerpos invisibles, y eso solo se
consigue muriendo.
Hay quienes piensan que después de la muerte nos
transformamos en buenas personas como por arte de magia y que allí nos
facilitan todo lo necesario para vivir felizmente, pero eso no es cierto. Cada
mundo tiene una función para cada uno de nuestros cuerpos y por eso mismo, lo
que no hayamos conseguido aquí en el mundo físico no nos lo pueden facilitar en
esos otros. Si no creemos en otra vida, si no creemos en el Cielo, o si no
creemos que allí hay Ángeles y Arcángeles, no encontraremos fácilmente todo eso
hasta después de un tiempo de sufrimiento, incertidumbre o soledad que nos
lleve a buscar y a creer. Los que se burlan de estos conocimientos (por otro
lado muy lógicos) están desperdiciando la oportunidad de adquirir un gran
adelanto en el más allá porque lo que están haciendo, ignorantemente, es
rechazar el contacto, la ayuda y el conocimiento que esos seres les pueden dar.
Pero eso no es lo peor, lo peor es que es muy posible que en la próxima vida se
le niegue en parte este conocimiento para que sea él quien se sacrifique y se
esfuerce por encontrarlo y comprenderlo.
La gran mayoría de las personas hacen lo que se ven
obligados a hacer como deberes familiares, de trabajo o sociales, pero no saben
que están retrasando su progreso. Cuando alguien, además de cumplir con sus
deberes, se esfuerza por elevar su moral y su intelecto y se preocupa por
adquirir nuevos conocimientos o desarrollar más elevados ideales, está
adelantando en gran medida porque está sentando las bases para un crecimiento
espiritual después de la muerte. Por el contrario, quien no hace nada de esto,
se verá cada vez más dominado por lo material hasta que, en alguna vida, él
mismo sienta la necesidad urgente de buscar sin saber dónde. La gran ventaja
del estudiante de filosofía oculta es que, además de estar preparado para el
momento de la muerte y para acelerar y mejorar el proceso post-morten, también
lo está para colaborar en las labores que se hacen en ese mundo. Queramos o no,
el conocimiento y el resultado de los ejercicios espirituales que hagamos, más
el deseo de servir en el Plan Divino, se convierten en “Poder” para mejorar el
estado en el más allá.
Todo lo que se cruza en nuestro destino tiene un porqué;
los hechos más importantes de nuestra vida están así “programados” para algo,
incluso el mal que nos viene como deuda de otras vidas, siempre trae una
enseñanza que nos ayudará a progresar. Para aprender de todos esos aspectos es
necesario tener voluntad para interesarnos y ser conscientes de lo que queremos
hacer y hacemos. Es decir, no se puede extraer apenas nada de un libro si
mientras lo leemos nos estamos durmiendo, o no podemos enterarnos de lo que nos
dicen si mientras “escuchamos” estamos pensando en otras cosas. El que está
“despierto”, o sea, el que pone plena atención y se auto-observa, es el que se
hace consciente y guarda todo para extraer un mayor beneficio cada noche y
después de la muerte. Quien aprende, quien se adapta y quien se hace
consciente, adquiere más poder espiritual para hacer frente a lo que ocurre
después de la muerte y para resolver su propio karma. No podemos aprender en el
más allá si no nos hemos preparado aquí, y no tendremos tantas posibilidades en
la nueva vida si no hemos obtenido buenos resultados en el más allá.
El ejercicio de la concentración, la devoción, la atención
a lo que sentimos y a lo que pensamos y casi todo lo que hacemos aquí en la
vida física, tiene sus buenos resultados en la vida post-morten. Lo mismo que
es importante que seamos conscientes de lo que hacemos, decimos, pensamos, etc.
para que la película de nuestra vida quede bien grabada, también lo es el
interés que pongamos para desarrollar cualidades morales, intelectuales y
espirituales. De acuerdo con esto, así será nuestra estancia en cada una de las
regiones que componen el Purgatorio y el cielo y así seremos capaces de
asimilar el poder que de cada estancia se adquiere. Hay que comprender que lo mismo
que aquí hay leyes naturales que rigen el mundo físico, también lo es que allí
hay otras leyes que nos someten y cuyos resultados dependerán de lo que hayamos
conseguirlo alcanzar aquí. También es necesario tener presente que la vida
futura y la conformación de los cuerpos depende de todo esto y de las causas
que se hacen en la vida terrenal. Durante la noche no somos conscientes de cómo
esas fuerzas reconstruyen nuestros cuerpos, pero después de la muerte sí somos
conscientes de todo y podemos colaborar para hacer un mejor aprendizaje y un
mejor trabajo.
Después de la muerte y una vez que alcanzamos las primeras
regiones del Purgatorio, nos vemos obligados a ver retrospectivamente nuestra
vida pasada antes de poder elevarnos al Cielo. Las tres divisiones inferiores
del mundo de deseos, y más aún la primera, es casi una continuación de la vida
física, pero también desde donde comenzamos a olvidarla según ascendemos hacia
el Cielo. Allí el hombre sigue deseando y pensando como aquí, pero como no
puede satisfacer sus deseos por no tener cuerpo físico, sufre hasta que se
olvida de ello; es esa “liberación” la que arranca del cuerpo de deseos lo que
domina al hombre y que no le es útil al Alma. Pongamos un ejemplo: Las personas
que tienen poca personalidad y poco carácter y hablan y piensan según la
opinión de los demás, o los que viven y opinan basándose en las opiniones de
los políticos, entre otros; esto es una pérdida de tiempo y un sufrir absurdo
en el Purgatorio. Lo que pensamos aquí se convierte en hechos allí, y por eso
es necesario que seamos más conscientes de nuestras actitudes y expresiones
porque, si no es así, las fuerzas allí existentes nos harán sufrir sin
necesidad. Aquí creamos un pensamiento contra alguien y no nos ocurre nada,
digo más, si nos dieran la oportunidad de rectificarle no podríamos porque ya
está creado. Pero allí no ocurre lo mismo porque el pensamiento se manifiesta
vivo ante nosotros causándonos el dolor que podría haber causado a la otra
persona si hubiera sido consciente de él. Es entonces cuando el dolor en
nosotros hace que cambiemos al respecto para luego olvidarlo, no sin antes
haber dejado un recuerdo en forma de conciencia. Pero también hay hechos que
necesitan rectificarse, no en la vida post-morten, sino en la próxima vida
física como, por ejemplo, el ludópata o drogadicto que se gasta el dinero que
necesitan para comer y maltrata a su esposa e hijos. En este caso, él sufrirá
en el Purgatorio el dolor moral causado a su familia, pero tendrá que renacer
junto a esas Almas, con alguna relación cercana, para poder rectificar y
devolverles lo que les quitó físicamente para gastárselo.
Está claro que además de purgar el mal, la moral y todos
los demás valores son los que nos sitúan en nuestro lugar y los que nos
facilitan más ayuda. Un ser inmoral y antisocial tiene poco sitio en estas
regiones, y cuando lo tiene es para estar entre algún similar. Los que nos
esforzamos por ser un poco mejores también metemos la pata muchas veces y,
aunque después queramos compensar la mala obra con otra buena, si no pedimos,
perdón a la persona o si no hacemos un verdadero y profundo arrepentimiento,
tendremos que revivirlo en el Purgatorio. En estos casos, primero sufriremos el
dolor de la ofensa en el Purgatorio y después recibiremos la compensación de
las buenas obras que le hayamos hecho. Sin embargo, tanto en la vida física
como después de la muerte, es la fuerza de pedir perdón y del arrepentimiento
lo que nos hace ver el mal que hicimos para después repararlo; a veces la
propia impotencia al ver el mal que hemos hecho nos da también fuerza para
compensar el mal del prójimo. Quien crea que solo tendrá que hacer frente en el
Purgatorio al dolor causado por los deseos y sentimientos que él conoce, está
confundido, porque allí se limpia la personalidad del más mínimo detalle,
emoción o pensamiento que pueda causar desarmonía
Artículo titulado: Preparación Pos-morten II
Tomado de Centrosantamariadelasgracias.blogpot.com
Visión de un Científico:
LA INTUICIÓN ES LA COMUNICACIÓN CON NUESTRO YO CUÁNTICOhttps://www.blogger.com/blogger.g?
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