La vida es un flujo constante de experiencias, un vaivén de luces y sombras que nos invita, en cada amanecer a renovarnos. No importa cuánto tiempo haya pasado desde la última vez que nos detuvimos a reflexionar, a escribir o a escuchar el latido profundo de nuestro ser.
Siempre es posible comenzar de nuevo
En este plano de existencia, buscamos el equilibrio entre lo material y lo espiritual. Nuestros cuerpos requieren sustento, cobijo y estabilidad, mientras que nuestras almas anhelan sentido, conexión y paz. No hay una separación real entre ambos aspectos; más bien, se entrelazan como los hilos de un tejido sagrado, formando la esencia de nuestra existencia.
Hoy te invito a hacer una pausa, a respirar profundo y a sentir la vida latiendo en ti. En medio de la prisa del mundo, existe un espacio al que siempre puedes regresar: el hogar de tu propia conciencia. Allí, en ese refugio íntimo, la calma te espera.
Que este reencuentro con nuestro ser sea el inicio de un nuevo renacer, con esperanza y gratitud.
Megg Nehn
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