Para practicar el no juzgar, debemos trascender nuestras
limitadas creencias, incluso las que tenemos sobre el bien y el mal. Le damos
un sentido al mundo al juzgar las situaciones como «buenas» o «malas» de
acuerdo a reglas definidas por nuestra cultura.
Estas reglas constituyen nuestro código moral. Pero un Guardián
de la Tierra es amoral. Eso no quiere decir que sea inmoral, sino que
simplemente no se rige por tradiciones.
El Guardián cree que es importante desprenderse de este tipo de
juicios y mantener su capacidad de discernimiento. Cuando practicas el no
juzgar, te niegas a seguir automáticamente la opinión de los demás en cualquier
situación. Al hacer esto, comienzas a tener un sentido de la ética que
trasciende las tradiciones de nuestro tiempo. Esto es importante hoy en día,
cuando las imágenes de los medios de comunicación se han convertido en algo más
convincente que la realidad, y nuestros valores –libertad, amor, etcétera- son
reducidos a eslóganes y palabras vacías.
Cuando te niegas a colaborar con la visión consensual, adquieres
una perspectiva diferente. Descubres lo que la libertad significa para ti a
nivel personal, y que no es lo que cuentan los políticos en sus