Amigos,
después de un largo silencio he vuelto a estar presente y aquí les
copio un artículo que me parece muy interesante, mas ahora cuando algunos científicos están aceptando la vida después
de la vida. Cada uno de nosotros puede estar de acuerdo o no con todo o
parte de este documento, pero en el fondo aquí está la respuesta a las
preguntas que muchos de nosotros nos hemos hecho siempre. Esta es una
reflexión que une todas las corrientes de pensamientos y le da cauce y sentido.
Espero llegue a vuestros corazones.
Megg
Amigos,
después de un largo silencio he vuelto a estar presente y aquí les
copio un artículo que me parece muy interesante, mas ahora cuando algunos científicos están aceptando la vida después
de la vida. Cada uno de nosotros puede estar de acuerdo o no con todo o
parte de este documento, pero en el fondo aquí está la respuesta a las
preguntas que muchos de nosotros nos hemos hecho siempre. Esta es una
reflexión que une todas las corrientes de pensamientos y le da cauce y sentido.
Espero llegue a vuestros corazones.
Megg
Nacemos y vivimos conscientes que moriremos. Interiormente vivimos negando nuestra muerte porque nuestra mente programada se niega a creerlo y nos abrazamos a cualquier religión que nos diga que resucitaremos o que vendrá alguien y nos salvara de esa ineludible cita. Esto no es más que un engaño y engañándonos entramos en una espiral de miedo sin fin, la cual, tan solo la idea de dejar de existir nos creara más y más miedo, un falso miedo por supuesto. Desde los breves instantes de ver por primera vez el mundo, nos etiquetan, nos dan un nombre y apellidos, cuantos mas mejor, nos dan una pertenencia familiar o tribal, una filiación numérica y según crecemos nos van sumando identidades, locales, regionales, nacionales y continentales, asumimos todos esos roles y añadimos otros complementarios, religión, filiación política, cultural e identidad racial en algunos casos.
Nos las inculcan y se aseguran de que nos quede claro, que somos quienes somos y que pertenecemos a quien pertenecemos y que salir de ese rol no solo es imposible, si no que, no es recomendable, se nos confunde y se nos apega a cosas sin valor, dinero, casa, coche, trabajo, estatus. Nada de esto otorga ningún tipo de valor y nada de esto puede ser transportado tras la muerte física, pero no nos permiten hacernos a la idea de lo contrario y seguimos girando en este engranaje y lo llevamos hasta las últimas consecuencias.