
He llegado a comprender lo que motivaba a los grandes místicos del pasado y a tantos otros, era algo así como una parte de la gran visión que procede de más allá de la personalidad. Cada uno de nosotros, de una u otra forma, se está sintiendo arrastrado por esa misma visión superior. Se trata de algo más que una visión.
Es una potencialidad emergente. Se trata del siguiente eslabón en la cadena de nuestro proceso evolutivo. La humanidad, la especie humana, se halla ahora deseosa de tocar esa fuerza, de eliminar todo aquello que interfiere para llegar a un contacto total. Gran parte de la dificultad para conseguirlo reside en el hecho de que aún no ha nacido el vocabulario con el que podamos referirnos a esta potencialidad, que no es otra cosa que la potencia eterna. Gary Zukav

Aquí estamos a medio camino entre el infinito y la eternidad, puro latido de nuestro ángel secreto, disponibilidad de plena entrega a la chispa divina que lo impregna todo en el universo.
Sucede constantemente, lo sepamos o no.